lunes, 5 de diciembre de 2016

Oración o monologo?

PORQUE NO TE CALLAS!
de vez en cuando al orar
 


Los monólogos en las conversaciones con el Eterno son mas frecuentes de lo que podemos imaginar, es una lástima no cultivar la meditación y la afinación de nuestro oído espiritual a la hora de orar, ya que ciertamente el Creador desea comunicarse con sus hijos, hablarles a su corazón y mente, envolverlos en su presencia.
Quizá lo que más necesitamos es practicar deliberadamente el silencio y ¡Callarnos! esperar en quietud y paciencia el oír su voz.

Creo que hablarle al Eterno, alabarlo y fluir en nuestra comunicación es una muy buena costumbre, es importante, Yeshúa nos dice que entremos en nuestra recámara a solas, expongamos nuestras razones y sentir delante de la íntima presencia del Señor, pero luego de ello intentemos guardar silencio y reverenciar la presencia e invocación de nuestro Creador.

Un modelo de como orar individualmente lo encontramos en Mateo 6:9-15. Y contiene la forma y los requisitos, como haber perdonado a nuestros ofensores e iniciar toda oración exaltando al Padre Eterno  y otro ejemplo de como orar en grupo lo encontramos en Hechos 4:23-30 donde se nos instruye a lo mismo, pero se necesita estar unánimes*, citar la palabra y exponer la razón concreta de la petición, me encanta este pasaje. Vale la pena estudiar ambos pasajes para orar de la mejor manera posible. 

*Nota: La palabra unánime desde un contexto hebreo bíblico significa ponerse de acuerdo en un asunto que ha sido deliberado o discutido antes, se dice  UNA SOLO BOCA = PE EJAD  =פה אחד  = UNANIMIDAD según lo indica el pasaje en hechos arriba mencionado y en el capítulo 2 del mismo libro; en estos pasajes podemos entender la perspectiva hebrea de esta palabra, dejándonos ver que las personas pueden estar juntas, pero no unánimes. El poder de la unanimidad consiste en  aceptar que aunque no se esté de acuerdo en todo, sí podemos estar juntos y operar armónicamente a través de los puntos importantes en los que estamos unánimes.

Dr. Benjamín Krepostma